jueves, 13 de diciembre de 2007

Carta a mi médico.


Señor Doctor:
Deseo que me prescriba alguna dolencia inexistente con la finalidad, por una parte, de que en su tratamiento dañe lo menos posible mi cuerpo, y por otra asegurarle a usted y a su clase médica unos emolumentos constantes procedentes de mi, que a buen seguro recibirá por vía indirecta, es decir en forma de regalos de los laboratorios (botellitas de Protos, viajecitos a congresos en lugares paradisíacos, estancias en hoteles y balnearios, cruceros), así como ese trabajito para la chica, ese otro para su novio, etc...De esta manera cuando tenga una dolencia real podré acudir a usted con la tranquilidad de ser cliente y esperando un trato preferente frente a otros enfermos que son puramente ocasionales.
Deseo por tanto que me prescriba esa dolencia inexistente y hacerme enfermo crónico de algo, con usted, y si las cosas me ruedan mejor el año próximo podría sugerirle que me aconseje un tratamiento sicológico y una operación estética, para lo cual le envio fotos, dado que me gustaría que fuese usted estudiando la transformación que me vaya a proponer.
Le ruego que el tratamiento no sea muy caro, ya sabe usted mejor que nadie, que la avaricia rompe el saco, y que no es bueno matar la gallina de los huevos de oro.
Seguro de tener su colaboración y ayuda me tiene al pie de la farmacia, atentamente su enfermo,
El Ayudante del Farero

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