jueves, 23 de abril de 2009

Hay que bajarle el sueldo al gobernador.

Las competencias del Banco de España, y por tanto las atribuciones y responsabilidades del gobernador del mismo han cambiado, han disminuido de manera ostensible, en beneficio del Banco Central Europeo, es ello una razón más que suficiente para que se actualice a la baja la remuneración de este funcionario, que ocupa un cargo de libre designación y que tiene además un significado odio a los jubilados al igual que su hermano difunto, y formula malos augurios acerca de la consistencia de la caja de reserva de las pensiones, con la idea malsana de animar a los trabajadores en activo a abrir fondos de pensiones, más que la de dañar a un gobierno con el que colaboró silenciando la crisis.
Estos funcionarios que desconocen las obligaciones que establece un estado de derecho, deberían recibir un curso de Democracia, a manera de master, pagado por ellos, y ver menguado su salario, porque no es lógico que si decrecen sus competencias aumenten sus retribuciones, máxime, que el rendimiento laboral habitual de estos altos funcionarios es escasísimo, aparte de intencionadamente críptico, y en un ambiente de lujo excesivo, inmerecido para personas tan carentes de liderazgo social por su manifiesta sociopatia.
El Ayudante del Farero.

martes, 7 de abril de 2009

No era un pijama.

De un tiempo a esta parte, proliferan los mensajes literarios o cinematográficos, en los que se trata de dulcificar el holocausto, pintando rostros humanos a los asesinos y a los adjuntos a los mismos.
La obra, primero literaria, y posteriormente llevada al cine de “El niño del pijama a rayas”, es buena muestra de ello. Es necesario aclarar de manera firme y tajante que las bestias del nacional socialismo, y máxime los que por meritos, ascendieron a la condición de dirigir o trabajar en un campo de exterminio, o vivir en él, como familiares de guardianes de alta graduación por ejemplo, eran plenamente conocedores de lo que allí sucedía, y no caben excusas ni explicaciones grotescas. Todo el mundo lo sabia, dentro y fuera del campo. Los únicos que no lo sabían al principio, eran algunos judíos insolidarios y ricos, que pensaron que sus relaciones, posición, y dinero podrían vencer y convencer a los tercos y obstinados nazis, de que les dejaran vivir.
Esas madres amorosas y aparentemente normales son absoluta invención, propia de una fantasía bobalicona, alimentada en Mc Donald, porque hemos de hablar claro, la mayoría de las alimañas nazis tenían hijos e hijas, rubitos y calcos de sus progenitores, para acabar en muchos casos yaciendo con el padre o la madre, que se encontraban afligidos por la separación de sus cónyuges, con motivo de la guerra, y así ser sodomizados, y victimas de abusos de sus depravados padres y madres, que no tenían un tradicional amor filial, por ser unos tarados racistas. Obsérvese si cabe alguna duda sobre el panorama descrito, los “juegos” y desviaciones que tenían lugar en los centros de las S.A, y de las S.S. entre los jóvenes reclutas, entre ellos y con sus jefes y oficiales.
De igual manera el amor que refleja la película de “The Reader” es falso de todo punto. Las parejas en las que uno de ellos fuese guardián de campo de exterminio, u oficial del ejercito o de la policía política (GESTAPO), no era amor practicado por cuerpos lavaditos y limpitos sobre un lecho, que eso queda para gentes normales, lo suyo era más bien lo que nos intenta reflejar y refleja la película de “Portero de noche”, más cercana a la realidad.
Practicaban el sado masoquismo, con dominación, y sumisión, es decir, S.M.D.S., causar heridas y beber la sangre, como también nos reflejaba el genial J.P. Pasolini en “La Republica de Saló”, fornicaciones y violaciones entre excrementos, masturbaciones con orines, y todo tipo de coprofilas actividades, para causar dolor y placer a un tiempo, chuparse las heridas de unos y otros y ensuciarse con barro y heces, para copular como auténticos cerdos entre la basura. Este tipo de relación y no otra es la que practicaban los arrogantes nazis. Violaciones en un sucio y maloliente callejón, de cualquier ciudad europea, con el agravante del atropello político y militar del que fuimos victimas.
Esa es la historia, todo lo demás, campañas para descafeinar el café incluidas, es Walt Disney, señores de Hollywood, Walt Disney.