jueves, 2 de julio de 2009

Las fiestas populares, gratis.

Nos encontramos inmersos en el verano, y se prodigan los barrios y poblaciones que celebran fiestas, en honor de sus patrones locales, de santos y de diversas advocaciones de la Virgen María. En este fragor festivo surge un año más, la polémica acerca del coste de las susodichas fiestas, y hasta incluso en algún caso como en el del barrio de Chamberí de Madrid, amenazan los feriantes, con no concurrir a ella, por motivo del alto coste solicitado en tasas por la responsable del Distrito. En estas circunstancias se debe decir alto y claro, que el objetivo de coste cero en fiestas populares es posible.
En un principio, que duda cabe que el objetivo puede, resultar imposible a corto plazo, es decir, en una legislatura, más al término de los cuatro años se puede alcanzar, notándose a lo largo de esos años de puesta en práctica del plan, una mengua notable y creciente del gasto, hasta alcanzar el objetivo final, de poder ofrecer las fiestas populares, sin coste alguno para el Ayuntamiento, y con un coste bajo y muy controlado para los vecinos asistentes a las mismas. Todo el mundo entiende que a los vecinos que no disfrutan de las fiestas, les parezca injusto sufragarlas, y de igual manera las actividades que no son de su agrado, e incluso las que les causan incomodidades, por estas razones y por la discrecionalidad con la que las autoridades establecen tasas y precios, es por lo que junto al alto coste de las fiestas, en general derivado de los altos cachés que se pagan por las actuaciones, produzca el monte total un considerable descuento en las arcas municipales, con polemica incluida.
El secreto del plan, reside en la gestión, normalmente estas tareas se le encargan a un concejal que actúa sobre lo ya realizado sin espíritu creativo alguno, y como consecuencia de ello, ningún funcionario “se moja” aportando ideas que le puedan salir “caras”.
Alguien se preguntará si he expuesto en alguna ocasión este plan en algún ayuntamiento, y debo decir que sí, que lo he expuesto y he encontrado ante mi, caras sin alma, y ojos muertos, consecuencia de la golfería institucionalizada, que se beneficia, beneficiando a otros, o del autismo más absoluto.
El Ayudante del Farero.