miércoles, 23 de julio de 2008

La habitación del juez.

Mi amigo Carlitos gustaba de alternar, y solía interrumpir sus vistas diarias de trabajo como representante de productos farmacéuticos, a médicos y hospitales, con copichelas en pubs elegantes de Madrid, donde amén de refrescarse, se limpiaba los zapatos, pues era notoria su elegancia y pulcritud, se podía decir que a pesar de ser una armario de tres cuerpos, consecuencia de ser asturiano y expelotari, era un dandy. Conocía por tanto y trataba con camareros, porteros, y cerilleros de estos locales, que le distinguían por su trato educado y sus buenas propinas. Don Carlos por aquí, don Carlos por allá. No había sitio elegante en Madrid, donde no lo conocieran. Frecuentaba un pub cercano a la calle Ortega y Gasset donde un día entabló conversación con una chavala, nada transcendente el asunto, pero si lo suficiente como para que el portero, guardacoches a la sazón, le dijese percatándose del posible "afaire", que cuando tuviese necesidad de un piso cercano, se acercase al hotel de la esquina, y pidiese la llave de la habitación del juez. Carlitos no echó en saco roto la sugerencia, pero pasaba el tiempo y no surgía la oportunidad de verificar esa historia tan enigmática, porqué, de que juez se trataba, y en que consistía el protocolo, quién pagaba la habitación, etc.. De pronto una buena tarde, una morenita que tomaba un gintonic le abrió su boca con una sonrisa, y un montón de palabras amables, en replica que duda cabe a los requiebros y lisonjas de Carlitos, todo dentro de la más exquisita cortesía, como en él era habitual. Se acordó de la proximidad del hotel y tras un rápido bisbiseo con el portero, supo que había vía libre de acceso. Lleno de preguntas su cerebro y temblándole las piernas, dicho por él, cruzó con su acompañante la transversal para integrarse en Ortega y Gasset antes Lista. Entraron al hotel andando como si fueran clientes, Carlitos disimulaba sus dudas y temores perfectamente y la morenita, dado que todo lo ignoraba, se mostraba con toda su naturalidad. Se acercaron al mostrador y con su vozarrón pidió educadamente :
Por favor, la habitación del juez. El recepcionista ni pestañeo, extendió el brazo y recogió una llave que depositó justo delante de Carlitos, sin hablar, ni levantar la cabeza de la pantalla de ordenador, en la que concentraba su mirada absorto. Cogió la llave y miró el número, 214, comprendió rápidamente, segundo piso habitación número 14. Subieron al ascensor, iban solos. Llegaron a la planta segunda y no tuvieron que recorrer mucho pasillo, podíamos decir que nada, apenas cinco metros, abrió la puerta él con sigilo y con miedo de que dentro hubiese alguien. Ante sus ojos se abría un recibidor con una mesa en el centro redonda tipo velador con una bandeja de canapés ahumados, y una champanera con una botella de vino blanco con abundante hielo alrededor, a un lado un sofá de dos plazas tapizado en rojo y una silla, tapizado el asiento en idéntico tejido y color, al otro lado la entrada a la alcoba, y al frente una ventana o balcón que presumiblemente daba a Ortega y Gasset. Sus recuerdos empiezan a partir de ese momento a enturbiarse, pues el miedo se torna en terror, le agobian las preguntas que él mismo se hace, y descubre que en esas condiciones es difícil encarrilar una relación sentimental, para colmo la morenita, que si no me gusta el salmón, que si, que es esto, en fin mal asunto. Abrió la botella y se sirvieron dos copas, probó dos canapés que le supieron exquisitos, de salmón y trucha, y planteó la retirada discreta como mejor la opción. Al bajar y dirigirse a recepción de nuevo, le temblaba la estructura, dejó tímidamente la llave en el mostrador, y se escurrieron sigilosamente hacia la entrada. Una vez en la calle, ya más serenado, se autocriticaba, y se tildaba de necio, por haber desperdiciado esa magnifica posibilidad. Tiempo después yo le trataba de consolar diciéndole que su situación era confusa y estresante y que en esas condiciones lo mejor era hacer lo que él había hecho, irse. Conviene siempre saber el terreno que se pisa, máxime si se va de aventura.
El Ayudante del Farero

lunes, 21 de julio de 2008

La madre Rusia


Volver a San Petersburgo es un placer inconmensurable, y digo volver, aunque fue mi visita la primera que realizaba a esa hermosa ciudad, porque una ciudad tantas veces soñada, idealizada, y contemplada en el cine, no cabe decir que se descubre, se visita de nuevo, con todo y con eso, sorprende y emociona, pasear por esas grandes "prospectivas", admirar sus monumentos, sus parques, y el rio Neva, siempre el rio Neva, omnipresente, vigilante, tan viejo y cargado de historia como la fortaleza de Pedro y Pablo, y el Hermitage, el Palacio de Invierno, con su explanada tantas veces recorrida con la imaginación, junto a las tropas de milicianos bolcheviques, carreras, caídas, explosiones alrededor, y vuelta a correr, camino de la entrada principal, rodeados de cientos de parias de la tierra, en pos de la ansiada libertad.
Y la capital Moscú majestuosa, con su plaza Roja donde algunos tenemos nuestro kilometro cero, allí junto al mausoleo de Lenin, aunque nos encontremos a muchos kilómetros de distancia física y política, pero no olvidamos nuestros orígenes. Moscú siempre será Moscú, y Rusia será siempre la madre Rusia.
Volveré, es seguro que volveré. Ahora mismo ya estoy volviendo con la imaginación.

El Ayudante del Farero

viernes, 18 de julio de 2008

Monfloritas agrafos

En el programa de Pasapalabra, uno de sus invitados, fruto de los elencos de actores que pululan por las múltiples series, que se emiten en las televisiones, al ser interpelado por parte del presentador con una pregunta, por cierto, incorrectamente hecha, pues el enunciado era : Relacionar la palabra Chaquetero con Adulador o Rancio. No obstante, el invitado preguntó inocentemente què era adulador. Y ahora soy yo el que pregunta. ¿En qué escuela realizó sus estudios primarios el monflorita? ¿A què escuela de Arte Dramático asistió? ¿Bajo qué criterios se seleccionó a alguien tan indocto para trabajar de lo que sea en una televisión? Pues por su nivel de preparación quizás pudiese desempeñar las funciones del ayudante del jardinero, que no las de jardinero, para lo que también hay que estudiar. Si desempeña el papel de actor en una serie, como así ocurre. ¿Cuál fue su gracia y quien se la compró? Acaso hay sindicatos de monfloritas o de agrafos infiltrados en las plantilla de las distintas cadenas. Que pena
El Ayudante del Farero.

Un aniversario real sin rey.

San Sebastián de los Reyes celebró su 500 aniversario en el 1992, sin pompa, casi a hurtadillas. El rey, con ocasión de la concesión del premio nacional del deporte, nos prometió al alcalde y a mi asistir a los fastos previstos, pero nunca asistió, el recuerdo de su promesa dada le debió durar, el tiempo que se mantuvo el armagnac, que le regalamos en navidad del 91, en la muy trabajada botella que lo guardaba. Imagino que un abrir y cerrar de ojos. ¿Por qué el rey?. Pues porqué fue Fernando de Aragón, el Católico (su antepasado político, pero de distinta dinastía) él que, el 2 de mayo 1492 en el sitio de Granada, donde se encontraba con la reina Isabel de Castilla también conocida como la Católica, firmó el edicto por el que se confería al sitio de San Sebastián de los Reyes el carácter de tal. Los buenos cristianos que habitaban el mencionado lugar habían buscado la intercesión de la Iglesia Católica, y gracias a esa intercesión habían salido al paso del rey en su desplazamiento a Granada, a la altura de Alcalá de Henares, en el conocido como puente de Viñuelas, y éste les había prometido lo que él si cumplió. San Sebastián de los Reyes antes de tal acontecimiento era un conglomerado de terrenos dependientes de Alcobendas, lugar puesto bajo la protección de Arias Dávila, también conocido como el Duque del Puño en Rostro casado con una sobrina del cardenal Mendoza, cuya ferocidad en el trato con los labriegos y campesinos, de lo que luego sería San Sebastián de los Reyes era desorbitada, trato injusto, represión y todo tipo de humillaciones, ante lo que la Iglesia Católica no pudo permanecer insensible ni impasible, de ahí surgió la protección ejercida a través de la Santa Inquisición.
Es posible que Fernando de Aragón (gran estratega) ansioso de ganar solidez para su proyecto de reconstrucción nacional, restando poder a los señores que gobernaban como taifas algunos lugares de España, quiso contar en la próximidad de Madrid que estaba gobernada por Rodrigo de Mercado con un baluarte en favor de su poder unificador. En definitiva unos cálculos muy diferentes en cuanto a estrategia política y moral que los que por desgracia se debe hacer en la actualidad el heredero del trono. Quizás se celebren con más boato los 600 años, y nadie eche en falta la presencia de un Borbón.
El Ayudante del Farero

jueves, 17 de julio de 2008

Las lagrimas del ministro

El Ministro del Interior don Alfredo Pérez Rubalcaba nos dice, que no repatriará a los recién llegados en patera, debido a que dicen, que arrojaron por la borda a sus hijos a lo largo del trayecto realizado por mar, y esto le produce conmiseración a él, y sintiéndose enternecido renuncia a aplicar la normativa legal vigente.
Sorprende ver a este imperturbable político capaz de defender una cosa y la contraria según toque a la estrategia del equipo de gobierno, lloriquear ante unos delincuentes procedentes de no se donde, porque mienten, que además son los más ricos de su aldea, que vienen como punta de lanza, pretendiendo poder traer posteriormente a toda su tribu, cometiendo un delito al entrar ilegalmente a otro país que no es el suyo, con hijos fruto de la promiscuidad, que les es tan natural como la vida misma, y del intento de retrasar su repatriación, o en algunos casos como el que nos ocupa de impedirla, con la ayuda interesada de las mafias, con desprecio a la vida de sus compañeros de viaje, máxime si son niños indefensos fáciles de arrojar fuera de la barca, caso de ser cierto.
Porque para colmo resulta risible que se deje impresionar, porque los susodichos indeseables afirmen que tiraron a sus hijos, durante la travesía. Son tan fiables sus afirmaciones como las procedencias que alegan tener, después de saber como sabemos que arrojan al mar sistemáticamente la documentación para complicar su repatriación. De todas las maneras quizás le hallamos cogido el punto al ministro y a partir de ahora se sensibilice ante los problemas de sus conciudadanos, víctimas del terrorismo inclusive; algo entonces habremos ganado, con toda esta historia.
El Ayudante del Farero

miércoles, 16 de julio de 2008

¿Quien nos miente?

El presidente de Colombia nos exalta la operación antiterrorista del ejercito de su país, y las propias fuerzas armadas nos relatan, en una performance espectacular con cadenas y todo, los avatares de la liberación de los rehenes entre los que se encontraba la diputada Bethancurt, pero las FARC nos dicen que fue todo fruto de una traición perpetrada por sus hombres, los que vigilaban a los cautivos, que entregaron a efectivos del ejercito a los secuestrados a cambio de alguna compensación económica y el perdón.
El problema reside en que resulta incomodo creerles a los unos o a los otros. Su manera de expresarse tan barroca y untuosa, la apariencia física de alguien que ha estado sometido a enormes privaciones, al borde de la muerte, a merced de epidemias, anemias, picaduras, y encadenados para más inri, sus explicaciones un tanto holliwoodienses, en fin todo se nos hace cuesta arriba, y por otro lado, unos terroristas semi analfabetos acaudillados por quien sabe quien, envilecidos en la producción y el tráfico de coca, y militando en una guerrilla, algunos por tradición familiar, otros por coyuntura geográfica, y otros por yo que sé, ni me importa.
El problema que tienen en Colombia es grave, pues los países como Francia que apoyan al gobierno de ese país en su lucha contra el terrorismo de las FARC, lo hacen más por imagen que por convicción, pues dudan de muchas de las motivaciones de unos y otros, y sospechan que ese problema está enquistado más o menos voluntariamente. Ejemplo de enquistamiento cercano, lo tenemos aquí en España, donde, salvo intentos que los ha habido de algunos gobernantes, el resto del tiempo que llevamos soportando la pesada carga del terrorismo vasco de ETA, ha sido por la poca disposición o las torpes acciones de diferentes gobiernos, no así de las fuerzas de seguridad que nunca han cejado en su acción, y que si por ellas fuese, hubiesen acabado hace años con tan onerosa cuestión.
Los portavoces oficiales, en suma, del gobierno de Colombia deben mejorar su estilo a la hora de comunicarse con el resto del mundo, porque si no mienten, la verdad es que lo disimulan muy mal, y esa apariencia es nefasta para solicitar la tan necesaria solidaridad
El Ayudante del Farero