Los usos y costumbres del autoritarismo descerebrado conducen a adoptar actitudes patéticamente fascistas. Los reyezuelos nacionalistas y sus corifeos del Parlament, parten y reparten en Cataluña licencias de radiodifusión a través del CAC, y tantas otras cosas más, como si fueran Zeus repartiendo gracias desde el Olimpo. Han perdido la perspectiva política, si alguna vez la tuvieron, comprometiendo y vulnerando el derecho a la información y a la opinión. No tienen ni las armas de la dictadura, ni el coraje revolucionario suficiente para defender sus arbitrariedades públicamente. Se amparan en sus vericuetos legales, y sus trapisondas, para hacer que parezcan sus decisiones, como exhaladas por la conciencia popular. Viven inmersos en su cobardía de sofistas, que predican hoy, lo que matizarán mañana porque negaron ayer. Hoy es la COPE y VOCENTO, mañana quien sabe. El único sistema para enfrentarse a estos déspotas es ganar la calle. Animo desde aquí, a la vez que les muestro mi solidaridad profesional y personal, a los responsables de las emisoras clausuradas de ambas cadenas a emitir en plena calle, y comprobar como los prebostes nacionalistas mandan a las fuerzas de orden público, a su cargo, contra los comunicadores y la población que les escuche. Sería muy concluyente y esclarecedor ver periodistas detenidos por alterar el orden, a causa de emitir en plena calle un programa de radio.
El Ayudante del Farero